El elemento sonoro es el material de trabajo con el cual labora un director. Es el barro para el artesano. Al tomar una partitura en sus manos, emplea sus conocimientos formales y musicales para comprender el mensaje que está plasmado en el papel y para diseñar, elegir o crear un sonido que luego va a construir con su agrupación. De esta manera la capacidad de tener una audición consciente, analítica, detallada y sensible hará de este músico un profesional mejor preparado.
La audición del director cumple diversos objetivos, los cuales podremos dilucidar partiendo de la siguiente visión: La música coral fundamentalmente consta de dos grandes elementos que son la música en sí, con todo lo que ella comprende, y el texto. Con ello quiero separar “la emisión cantada” de “lo que se pronuncia”, sólo para fines de trabajo detallado y didáctico. En el resultado final, ambos forman un todo que es la interpretación.
En el área de la música propiamente dicha, podemos desglosarla en melodía, armonía y ritmo. El director debe cerciorarse de que lo que se canta deriva de una correcta lectura de la partitura. Ello implica que debe estar atento, en principio, a:
- Notas cantadas correctamente en cuanto a entonación y exacto valor, según lo escrito en la partitura o con las duraciones que el director, fruto de un previo estudio de la partitura, haya propuesto.
- Ritmos precisos, no sólo en cada “cuerda” o sección del coro sino también en el conjunto vocal
- Una articulación justa
- Una buena entonación armónica y melódica
- La simultaneidad y acoplamiento de las voces
- Las respiraciones ajustadas a su propuesta
- Un pulso constante y sujeto a una lectura correcta y/o al gesto fruto del estudio previo realizado por el director
- La lectura de los símbolos del lenguaje musical, no limitada a notas, ritmos y silencios
- La calidad vocal del grupo, tanto en el empleo sano de la voz como en la búsqueda de un sonido que estéticamente sea el propuesto por el director
- La expresividad de las líneas melódicas
- El tipo de sonido necesario según lo demande la obra
- El balance de las voces, el destacar la idea principal, y demás implicaciones del trabajo interpretativo
En el área del texto, debe estar atento, en principio, a:
- Una dicción clara que permita la comprensión del texto
- Que la pronunciación esté ajustada al ritmo
- La correcta fonética del idioma que se esté cantando
- La calidad sonora de las vocales y consonantes, que deben ser homogéneas en cada sección o cuerda del coro y también entre sí
- La expresividad del texto, referida en este punto a la organización del peso o importancia que el director adjudique a las sílabas en función de lo expuesto en la partitura
- La limpieza de los cierres o finales de frases especialmente cuando terminan con consonantes
Son estos algunos elementos que pueden ayudar a la audición del director, sin embargo, no son los únicos ya que cada agrupación puede presentar casos diversos que el director deberá detectar y resolver, y de la misma manera, el repertorio coral es tan vasto que seguramente contempla otros aspectos que no están mencionados en la lista anterior. Hay situaciones específicas, como por ejemplo la acústica del lugar donde se ensaya o donde se realizará el concierto, que también implicarán una atenta escucha del director para realizar posibles cambios. Así mismo, la posición de los coralistas repercutirá en el sonido que se desee. Es por ello que la idea principal es que el director esté en constante búsqueda de lo que hay que escuchar y para qué.